A veces pienso en lo que hice mal, pero en verdad, ni yo lo sé, no entiendo si hubo un motivo concreto, por el que una mañana, ya no se levantara con las mismas ganas, a leer mi mensaje de buenos días, a ver si yo, como siempre, le había llenado de mi, eso que siempre me había dicho que le encantaba, sacarle una sonrisa cada momento que pasara aunque sea conmigo, a través de la pantalla, era lo único que necesitaba, sin pedir absolutamente nada mas a cambio.
Ahora me doy cuenta, de que nada es tan perfecto como parece, pero no cambiaría por nada del mundo aquellos silencios, en los que ni notaba el aire que entraba por mis pulmones, frío, como todo el invierno que pasé con ella, era como un mundo completamente paralelo, diferente, que nunca podrás llegar a comprender leyendo mis humildes escritos, a no ser, de que alguna vez, lo hayas vivido. Son especiales, lo mas especial que te puede pasar en la perra vida en la que vivimos, esos momentos, por los que realmente, te das cuenta de que vivir, merece la pena. También pienso en si las cosas podrían haber salido mejor, pero no es época de arrepentimientos, pues le di, en cada momento, todo aquello que salía de dentro de mi, todo lo que necesitaba que ella recibiera, y dicen, que no hay que forzar las cosas, por ello, no puedo arrepentirme de ser yo misma.
Y ha pasado el tiempo, claro, todo pasa tarde o temprano, pero seguir oyendo su voz, aunque sea de manera mucho mas reducida a lo que estoy acostumbrada, o ver como, de vez en cuando, me dedica una de sus sonrisas, vuelve a llenarme de esa manera que me resultará siempre tan increíble, tanto, como lo es ella para mi, entonces, te das cuenta, de que por mucho que pase el tiempo, las cosas que te marcan hoy, las vas a tener mañana.
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