Dreaming

Aquello, resultaba sumamente confuso, pero sobre todo, frustrante. El señor de blanco, que debía de ser mi médico me estaba explicando porque yo estaba tumbada en una camilla, no con mucha movilidad de mi cuerpo y con un terrible dolor de cabeza, y a mi alrededor, unas cinco personas, me miraban, con los ojos abiertos y caras de preocupación, notaba, como la chica mayor, de apariencia madura, acariciaba mi mano, calléndosele algunas lágrimas por el rostro, pero sin embargo, a mi, sus caras, no me sonaban, es como si no conociera nada, ni a nadie. Las horas pasan, y sus preguntas disminuyen, se les ve cansados, decepcionados, yo soy incapaz de contestar a sus preguntas y no dejo de formulares otras acerca de quien soy yo, me encuentro cansada, y de repente, pierdo el conocimiento, puede que sean esos sedantes que me metían por un tubo que llevaba clavado en la muñeca izquierda.
Al volver a abrir los ojos, unos rayos de sol resplandecientes, me cegaron, haciendo que mis ojos permanecieran entrecerrados, haciendo que así, me dolieran menos, y cuando alcé la cabeza para volver a ver a aquellos desconocidos, algo me perturbó por dentro, era ella, ella, Cyntia, la voz me salió a duras penas del cuerpo para pronunciar su nombre, y entonces, me besó con delicadeza sobre mis resecos labios, cerré los ojos, y entonces, pude recuperar cada uno  de los trocitos de mi vida, me incorporé de esa camilla, llena de dolor, ante el asombro de mi familia, y cogí de la mano a mi madre, que lloraba, emocionada, "gracias por darme la vida".